Si eres corredor, es necesario que conozcas tu tipo de pisada. Esto logrará que tu práctica deportiva mejore y evites así posibles lesiones futuras. Del mismo modo, conseguirás saber qué tipo de zapatilla requieres, ya que no cualquiera te servirá.
Tus zapatillas en función al tipo de tu pisada
Todos tenemos un tipo de pisada distinta, es decir, un modo de apoyar el pie, sobre todo cuando corremos. Averiguar cómo ejercemos presión en nuestra planta del pie es sencillo. Siempre puedes acudir a sitios donde realizarte un test, desde tiendas deportivas a un ortopedista.
Según el desgaste de tu suela, observarás cómo sueles pisar. En este sentido, hay tres tipos de pie.
Pie pronador
El pie pronador es muy común, aunque no siempre representa un problema, siempre que no tengas un grado muy alto. En este caso, al pisar ejerces una inclinación que termina en una presión en la parte interna del pie. El problema radica en la sobrepronación, que puede afectar a las rodillas a largo plazo.
Por lo general, quienes más presentan estas características suelen tener el pie plano. Podrían ayudarte unas plantillas especializadas o unas zapatillas con control de movimiento, así como medias suelas de densidad doble.
Pie supinador
Cuando al pisar haces un giro hacia el interior, apoyando la parte externa del pie, muestra que tienes un pie supinador. Es posible que tengas un arco muy alto, esto hará que tus tobillos sean proclives a lesionarse.
Las zapatillas que necesitas en este caso son de amortiguación neutra, con una media suela blanda.
Pisada neutra
Si es tu caso, tienes un pie normal, fácilmente adaptable a cualquier calzado. Aunque las zapatillas que mejor te sentarían son las que te proporcionen estabilidad media, preferiblemente sin apoyo añadido.
Una vez que hayas averiguado el tipo de tu pisada, podrás corregir, si lo requieres, tu calzado, para mejorar tu rendimiento al correr.